La educación en tiempos de coronavirus

La educación en tiempos de coronavirus

Publicado: 7 octubre, 2021

Los momentos que hemos vivido a causa de la Pandemia del Covid desde principios del 2021 no tienen precedente en la historia reciente. Aunque el enfoque prioritario ha sido la atención de pacientes y a la comunidad en general, la aparición del síndrome respiratorio agudo del coronavirus ha interrumpido la educación médica y está demandando una intensa y rápida atención por parte de los educadores médicos.



El objetivo de este artículo es:

- Poner en entredicho el estado actual de la educación médica

- Describir cómo la COVID-19 puede afectar los entornos de aprendizaje que tienen lugar tanto antes como durante las pasantías clínicas

- Explorar las posibles implicaciones que puede tener la COVID-19 para el futuro de la educación médica.


Durante más de diez años, las escuelas de medicina se han esforzado para transformar la pedagogía, eliminando o reduciendo las clases magistrales, y utilizando tecnología para reemplazar o mejorar la anatomía y los laboratorios. También implementando un aprendizaje en equipo (de tipo experiencial o activo) y con un enfoque auto-dirigido. Como así también se ha promovido una educación personalizada e interprofesional.

El desarrollo de actividades profesionales confiables (entrustables) y el aprendizaje basado en competencias identificando “hitos” (milestones) a alcanzar, han transformado la evaluación allí donde esto se ha realizado. Muchas escuelas de medicina han reducido el plan de estudios de ciencias básicas a doce o dieciocho meses, al mismo tiempo que han intentado de integrar a la medicina clínica en estos períodos básicos, a la vez que se revisaban las ciencias básicas más adelante en los periodos clínicos. En estos días, en la mayoría de las escuelas de medicina, los estudiantes se reúnen en entornos físicos durante los primeros cuatrimestres (entre los doce y los dieciocho meses) para la resolución interactiva de problemas o discusiones en pequeños grupos.

La presencia física de los mismos (tanto en la atención a los pacientes ingresados como ambulatorios) ha sido un principio incuestionable de las primeras experiencias de inmersión clínica precoces, y en el plan de rotaciones prácticas o pasantías posteriores. Los últimos dieciocho meses de la escuela de medicina podrían individualizarse, repartiendo a los estudiantes según participen en rotaciones clínicas avanzadas, sub-pasantías antes de la residencia o en el desarrollo de proyectos académicos. El Coronavirus ha afectado a los estudiantes durante todo su proceso educativo.


El distanciamiento social es la estrategia preventiva más efectiva desde la aparición de coronavirus hasta lograr la inmunidad de rebaño, o una vacuna definitiva que no solo sea una herramienta para alcanzar el primer ítem. Por definición, esto impide que los estudiantes se reúnan en lugares de aprendizaje, recintos para conferencias o aulas para grupos pequeños. De hecho en algunos Países de Latinoamérica, muchos estudiantes siguen sin tener la posibilidad de volver a las aulas, a pesar que los números de la pandemia permiten que se reanuden actividades tan mundanas como el fútbol.

En los últimos años, muchos profesores ya ¨invertían¨ el aula para proporcionar una docencia individualizada para buscar un modo de aprendizaje asincrónico ¨en cualquier momento o en cualquier lugar¨. Sin embargo, los estudiantes aún se reunían para interactuar en grupos reducidos, en sus sesiones de laboratorio, simulaciones y sesiones tecnológicas (por citar un ejemplo, las prácticas de aprendizaje de la ecografía básica), así como para la educación clínica con pacientes estandarizados y en entornos reales de atención con pacientes.

En respuesta al coronavirus, la mayoría de las facultades de medicina hicieron una transición rápida de todo su plan de estudios antes de las pasantías a formatos en línea (que incluyen contenido en ciencias básicas, ciencias de sistemas de salud y además en ciencias del comportamiento). Los formatos de grupos pequeños se reúnen en línea en un formato de equipos virtuales, y las sesiones de habilidades clínicas pueden tener lugar en la web sincrónicamente o (en algunos casos) pueden darse acrónicamente o diferirse.

Los exámenes también han pasado a una configuración en línea. La actualización de sus contenidos puede ser un beneficio de este tipo de formatos online, y las actividades virtuales parecen ser más funcionales, pero los resultados de todos estos cambios van a necesitar una evaluación posterior.

La transición del lugar de trabajo o del campus de medicina al domicilio conlleva aislamiento, un mayor uso del Emai y dificultades para establecer límites entre el trabajo y el tiempo de ocio, lo que podría afectar a la facultad, a los estudiantes y al personal de apoyo.

¿Cuál es exactamente el papel del estudiante de medicina en el entorno clínico?

Idealmente, el estudiante debe de ser parte del equipo en el rol de aprendiz que requiere supervisión. La formación de la identidad profesional de los estudiantes se basa en la enseñanza y el modelado de roles que se da en estos entornos en la medida en la que los estudiantes van aprendiendo a priorizar a los pacientes y van aspirando a un ejercicio altruista.

¿Qué nivel de participación de los estudiantes durante una crisis podría llegar a favorecer mejor a esta priorización?

En otras circunstancias de desastre (incluyendo desastres naturales, extensos apagones , incendios o ataques terroristas masivos) los estudiantes pudieron continuar su formación y ayudar en el proceso. No obstante, con la aparición de una pandemia tan pestilente como esta, los estudiantes pueden transmitir el virus sin saberlo, o incluso contraer la enfermedad sin darse cuenta.



Hay otros factores contribuyentes que limitan el papel de los estudiantes en este entorno clínico:

- La falta de pruebas COVID-19.

- La disminución del valor de la formación, con la cancelación de procedimientos quirúrgicos y citas de rutina y la transición a formatos de telesalud

- La falta de equipos de protección individuales (EPIs) adecuados.

Inicialmente, con la aparición del coronavirus, los estudiantes no participaron en el cuidado de pacientes con Covid sospechosos o confirmados, especialmente por la escasez de EPIs. En algunos países (ya en las fases tempranas de la infección y confinamiento) se ordenó a las escuelas de medicina para que retirasen a los estudiantes de los hospitales y centros de salud.

En otros países como en EEUU fue a medida que aumentaron las tasas de infección (el 17 de marzo de 2020), cuando la Asociación de Colegios Médicos Americanos proporcionó pautas que sugerían que las escuelas de medicina apoyasen una pausa en las rotaciones clínicas para los estudiantes de medicina. Sin embargo, las diferencias geográficas específicas llevaron a las escuelas a tomar decisiones individualizadas basadas en las situaciones particulares de cada una.

¿Qué podrían hacer los docentes para crear experiencias significativas para los estudiantes a los que les corresponde hacer rotaciones clínicas (en planta o en consultas externas o ambulatorias)?

Este tipo de opciones evolucionan permanentemente, pero pueden incluir, consolidar  e incluso mudar las anteriores sesiones didácticas clínicas online, para permitir posteriormente la vuelta a los entornos clínicos: crear y usar casos virtuales disponibles; modificar el calendario académico para intercambiar experiencias posteriores (por ejemplo, trabajo académico) y aplazar las rotaciones clínicas. También involucrar a los estudiantes en el entorno de la Telemedicina, incluidas las asignaturas optativas basadas en ofrecer experiencias a los estudiantes para permitirles que estas se dirijan a ayudarles y aprender en este tipo de situaciones críticas.

Existen dudas sobre cuánto tiempo persistirá esta situación, y a ciencia cierta no hay forma de saber cuando se podrá llegar a volver a la antigua ¨normalidad¨, en el que las cuarentenas y el distanciamiento social ya no sean necesarias. El desafío es proporcionar experiencias de pacientes reales a los estudiantes de medicina como un componente clave de su formación médica en estas circunstancias.

Si las Universidades aplazan estas experiencias de inmersión clínica, podría haber dos tipos de conjuntos completos de estudiantes  que podrían verse afectados: los del entorno clínico y los estudiantes.

¿Qué nos depara el futuro?

El ambiente de la educación médica es intergeneracional. Las mentes de los médicos deben estar disponibles a todas horas, incluso estando de vacaciones, o enfermos. Porque esto se consideraba un ejemplo de altruismo y profesionalidad, priorizando al paciente por encima de la persona del médico.

Sin embargo, la situación que representa el coronavirus es diferente: los médicos que vienen a trabajar mientras se encuentran en mal estado de salud, así como aquellos que pueden estar asintomáticos e incubar el virus silentemente, pueden facilitar la transmisión del virus a otras personas. Por lo tanto, la cultura del profesionalismo y el altruismo debe redefinirse y tener en cuenta los efectos de posibles acciones, incluso aquellas que se hacen con buenas intenciones.

Esto es aún más difícil debido a la falta de pruebas coronavirus, y la disponibilidad limitada de EPIs. Reconociendo la posibilidad de que la pandemia de coronavirus pueda conllevar una escasez de trabajadores de la salud, puede ser necesario que los educandos participen como parte de la fuerza laboral, e integrarse en el entorno clínico. Esta situación podría cambiar rápidamente, y las escuelas de medicina deberán ser ágiles y flexibles en su respuesta. Algunas Universidades están considerando graduar más temprano, incluyendo una preparación de sus estudiantes de último año para participar como voluntarios, o como residentes más precoces en el entorno clínico.

Esto último puede requerir flexibilidad universitaria con respecto a la concesión de títulos, así como para revisar los procesos ​​para obtener el grado o la especialidad, lo cual no siempre es posible en muchos países o entornos legales diferentes.

Conclusiones

Mientras nos encontremos en la mitad de salida de esta crisis del coronavirus, es crucial que la comunidad educativa académica aprenda de la experiencia, y priorice un enfoque académico e innovador, a medida que se vayan implementando soluciones prácticas que ayuden a mejorar el proceso de aprendizaje de los estudiantes, y al mismo tiempo, nuestras vidas vuelvan paulatinamente a un cauce normal.

La epidemia de coronavirus podría representar una transformación duradera de la medicina con el avance de la Telemedicina, los protocolos de investigación adaptativos, y los ensayos clínicos con enfoques flexibles para buscar soluciones palpables.

Hay muchos ejemplos de aprendizaje de experiencias difíciles (por ejemplo, la emergencia del HIV) que conllevaron cambios en el descubrimiento, la ciencia y la atención al paciente. Los estudiantes y profesores pueden ayudar a documentar y analizar los efectos de los cambios actuales para aprender y aplicar nuevos principios y prácticas para el futuro.

Este no es solo un momento para contribuir al avance de la educación médica en el marco de una innovación y transformación curriculares activas, sino que puede ser un momento fundamental para muchas de las disciplinas médicas.

Fuente: https://bit.ly/3BaXcXf

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